COVID-19

Debido a que el COVID-19 es una enfermedad tan nueva, no existe cura y hay pocas opciones de tratamiento disponibles, especialmente fuera de un entorno hospitalario. Los casos leves de COVID-19 pueden tratarse con analgésicos como el ibuprofeno y el paracetamol, medicamentos para la tos, reposo e ingesta de líquidos. En los casos más graves, puede ser necesaria la hospitalización junto con oxígeno suplementario o ventilación mecánica. La FDA ha aprobado de urgencia el tratamiento de la COVID-19 con los fármacos Remdesivir y Baricitinib, pero sólo en el ámbito hospitalario. También pueden administrarse corticosteroides como la Dexametasona. El plasma de convalecencia que contiene anticuerpos contra la COVID-19 también puede administrarse a los pacientes en un entorno hospitalario. Si se le diagnostica COVID-19 a través de un hisopo de garganta o nasofaríngeo, es importante autoaislarse para evitar el contagio de la enfermedad a otras personas. También es importante recordar que algunas personas pueden ser portadoras asintomáticas del virus.

Prevención

La mejor manera de prevenir el COVID-19 es evitar el contacto estrecho con otras personas manteniendo una distancia de al menos 1,80 metros, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, limpiar y desinfectar las superficies a diario, lavarse las manos con agua y jabón regularmente durante 40-60 segundos o utilizar un desinfectante con alcohol que contenga al menos un 60% de alcohol, evitar los grupos numerosos, cubrirse la boca al toser o estornudar y quedarse en casa si se siente enfermo. También es importante llevar una mascarilla o un protector facial cuando se sale en público. Para prevenir la COVID-19, también puede recibir una vacuna aprobada por la FDA para casos de emergencia, como la de Pfizer, Moderna, AstraZeneca, etc. Mantener un estilo de vida saludable y evitar fumar también es importante para prevenir el COVID-19.